Al hablar de diseño, la escuela Bauhaus ocupa un lugar muy destacado. Nació en Alemania a principios del siglo XX, de la mano de Walter Gropius, y su auge supuso un auténtico referente internacional en campos como la arquitectura, el arte y el diseño. De hecho, sentó las bases de lo que hoy conocemos como el diseño industrial y gráfico, disciplinas que, seguramente, no existirían como tales si no hubieran sido concebidas dentro de esta escuela.
Desde entonces, este estilo se ha trasladado a la decoración en el hogar, con ese matiz industrial y de modernidad que lleva implícito.
Fuente: Museo de la Bauhaus
La Bauhaus fue la primera escuela de diseño del siglo XX. En su concepción, priman las formas geométricas básicas, como el círculo, el cuadrado o el triángulo, junto con los colores primarios y, cómo no, el blanco y el negro. Es la eliminación de lo superfluo, dejando tan sólo lo esencial.
Su nombre procede del alemán: ‘bau’, que significa construcción, y ‘haus’, casa. Priman la ausencia de ornamentos y sus edificios se erigen con fachadas lisas y grandes ventanales para aprovechar la luz. Algunos de sus máximos componentes son artistas como Kandinsky, Paul Klee o Josef Albers.
Fuente: Moove Magazine
Pero en 1933, el partido nazi decide cerrar sus puertas y acusar a la escuela de subversión. Los nazis veían la Bauhaus muy cercana al judaísmo y al socialismo internacionalista. Muchos de sus adeptos emigraron, la mayoría a Estados Unidos, donde se fundó la New Bauhaus.
Fuente: 100 años de Bauhaus
El estilo Bauhaus puede aplicarse tanto a la arquitectura como al mobiliario. Bauhaus es sinónimo de minimalismo, simplicidad y diseño. Y este estilo minimalista se ha llevado a muchas casa. Esa conexión con la simplicidad y el industrialismo, han hecho que este movimiento se abra paso entre las tendencias más decorativas de la temporada. Los materiales que se utilizan son vidrio, metal, madera doblada, acero, cuero, plástico y tubos de diversos metales. Hoy resultan materiales muy normales en mobiliario del hogar, pero, a principios del siglo XX, una silla de metal y cuero era toda una revolución. Y los colores: negro, blanco, gris, marrón y el color cromo.
Comedor industrial Tiva
Aún hoy hay piezas, diseñadas a principios del siglo XX, que se comercializan. Un buen ejemplo es el famoso sillón Wassily, creado por Marcel Breuer en 1926. Sus tubos de acero cromado y tela de lona en el asiento y respaldo siguen siendo tendencia.
También la silla Barcelona, que Ludwing Mier van der Rohe presentó en la Exposición Universal de Barcelona en 1929, es uno de los mayores referentes de este movimiento en cuanto a mobiliario se trata. El armazón de las primeras piezas fueron de acero inoxidable pulido, mientras que el respaldo y el asiento fueron de cuero de piel de cerdo. Su diseño se inspira en las sillas romanas de los magistrados “sella curulis”.
Silla Barcelona, presentada en la Exposición Internacional de Barcelona en 1929.
Hoy vemos las influencias del estilo Bauhaus en tapicerías estilo Chester o capitoné, caracterizadas por ser acolchadas o en relieve siguiendo un patrón geométrico con puntos hundidos sobre la tapicería, normalmente cubiertos con botones. Se trata de un estilo muy actual que no ha pasado de moda en el último siglo.
Otras piezas de mobiliario las vemos aún hoy en muchas casas. Algunas son el sillón Le Corbusier, que luce el nombre de su diseñador, o la mesa Barcelona, creada entre 1925 y 1926 por Ludwing Mier van der Rohe.
En definitiva, la escuela Bauhaus, aun con su corto periodo de vida, supuso una revolución en la manera de entender la arquitectura, el arte y el diseño. Y aún hoy, su influencia sigue haciendo mella en las tendencias más novedosas.