La estética steampunk es un estilo decorativo bastante poco conocido que, cada vez, va ganando más adeptos. En sus inicios nació como subgénero literario, aunque hoy ha madurado hasta convertirse en un movimiento artístico y sociocultural que ha ido ganando, poquito a poco, terreno en el mundo de la decoración. Si bien es cierto que el término se acuñó en los años 80, el steampunk define una estética basada en las obras literarias de la época victoriana y con marcado carácter futurista.
En las referencias a la estética steampunk, imaginamos extraños e inverosímiles inventos, un mundo alternativo con ingenios propios de la primera revolución industrial, con el carbón y el vapor como principales aliados. Tiene una clara influencia de H.G. Wells y Julio Verne, creadores del género de ciencia ficción. Estos dos grandes genios de la literatura se vieron inspirados por el descubrimiento de la máquina de vapor y todo lo que supuso, tanto a nivel industrial y tecnológico como social. Wells y Verne quedaron fascinados por este desarrollo de la tecnología. Y así se puede apreciar en sus obras, en las que se puede leer sobre carteles publicitarios reflejados en las nubes, hacer llamadas a través de un espejo en tiempo real o usar la energía solar para mover objetos por el espacio.
Y otros los predijeron, como el submarino (20.000 leguas de viaje submarino, 1870), el helicóptero (Robur el Conquistador, 1886), la cápsula espacial (De la tierra a la luna, 1865) o el misil teledirigido (Ante la bandera, 1896). Genios de la inventiva, cuya literatura ha sido la principal influencia en la estética steampunk, también conocida como retro futurista. De hecho, esta estética que destila nostalgia, en el ámbito de la moda también ha ido ganando terreno, caracterizándose por una indumentaria de estilo victoriano con complementos mecánicos y mucho cuero.
De la ropa, pasó después a la decoración. Las viviendas en las que se respira el estilo steampunk se muestran todos los elementos mecánicos y tecnológicos, un ambiente victoriano y piezas singulares, especialmente como referencia a emocionantes viajes. Uno de los rasgos fundamentales de esta tendencia son los acabados industriales. Nos gusta que se vea la estructura y los materiales de construcción. Tubos y tuberías, revestimientos de ladrillo, lámparas imposibles, vigas de metálicas y válvulas de todo tipo surgen de las paredes. Como ya podemos apreciar, el toque industrial (también el vintage) es el principal protagonista de este estilo.
Triunfan los colores oscuros y materiales nobles como el metal y el cuero, que destacarán en viejos baúles, grandes sillas victorianas de escritorio o un clásico sofá chester con capitoné. Pero sin ciertos detalles, como los engranajes de reloj y la maquinaria mecánica sería un sencillo estilo industrial. Para crear un estilo steampunk, elige colores neutros y silenciados, como crema, marrón, sepia, negro, rojo oscuro, verde oscuro y tonos metálicos. Utiliza uno o combínalos como prefieras.
El steampunk se sirve del uso de viejos muebles recuperados, con acabados en cobre que emanan industrialismo y que se complementan con elementos que evocan a los viajes de aventura de Julio Verne: antiguos globos terráqueos, gafas imposibles y mapas de otras épocas. Todo este ambiente se ve acentuado por las luces tenues y los colores apagados, que crean una atmósfera nostálgica y elegante.
Para terminar añade fotografías en sepia, láminas botánicas y anatómicas y libros antiguos así como algún invento “retro futurista” o bien objetos actuales con un acabado que imite esta estética. También puedes añadir antiguas máquinas de escribir, telescopios, anteojos, barómetros o lupas.
¿Te gusta este estilo? ¿Decorarías tu casa según la estética steampunk o la consideras más adecuada para un bar de copas o un pub? Comparte con nosotros tus opiniones.