Aunque las sillas nórdicas suelen asociarse generalmente con una sutil elegancia, cada pieza tiene sus propias singularidades. Mientras que unos modelos priman el uso del color, otros destacan por su estructura casi arquitectónica. Sin embargo, lo más llamativo de las sillas nórdicas es la atrevida mezcla de materiales que las caracteriza. En este estilo es habitual encontrar madera, natural o lacada, combinada con plástico o metal. Además, es posible ver todo tipo de telas en las tapicerías.
Por otro lado, las sillas nórdicas son cómodas y resistentes. Los diseños son ergonómicos y priman la funcionalidad sobre cualquier otra cosa. Por eso, se utilizan tanto en la decoración del hogar como en oficinas, hoteles y restaurantes.