Medioambiente
Aproximadamente un 8% de la corteza terrestre está formada de aluminio incorporado en diferentes minerales. Por lo tanto, el aluminio es uno de los pocos metales cuya disponibilidad como materia prima, es prácticamente ilimitada.
En la fabricación de las sillas Emeco se utiliza entre un 75% y 80% de aluminio reciclado. La mitad de este aluminio es de origen post-consumidor (ej. latas de bebidas) y la otra mitad es post-industrial (chatarra). El tratamiento del aluminio reciclado sólo requiere un 5% de la energía que precisa el aluminio en estado bruto.
De esta forma, el material reciclado que contienen las sillas Emeco contribuye positivamente a la sostenibilidad ambiental.
El aluminio es un producto altamente sostenible: de los 680 millones de toneladas utilizadas desde el comienzo de su producción en el año 1886, 440 millones aún siguen usándose.
Las sillas de aluminio de Emeco tienen una duración aproximada de 150 años.
Resistencia a la corrosión
El aluminio reacciona con el oxígeno del aire, formando una capa de óxido de aluminio extremadamente fina. Esta capa, aunque sólo tiene un grosor de algunas centésimas de micra (1 micra es una milésima de milímetro), es densa y proporciona una excelente protección contra la corrosión. Además, se auto repara en caso de dañarse.
Con la anodización, un proceso electrolítico, se aumenta el grosor de la capa de óxido de aluminio y se mejora la protección contra la corrosión natural.
Las sillas Emeco son de aluminio anodizado y son inoxidables.
Calidad
A las sillas Emeco se les da forma con el aluminio en estado puro, cuando es extremadamente blando y dúctil. Con el tratamiento térmico a que son sometidas más tarde, el aluminio aumenta su dureza hasta ser tres veces más resistente que el acero.
Los trabajadores de Emeco son artesanos muy cualificados que necesitan más de 20 años de experiencia para conseguir los acabados exigidos en su control de calidad.
La fabricación de cada silla consta de un proceso de 77 operaciones diferentes, ninguna otra silla se fabrica de esta forma. Por ejemplo, para pulir una sola silla hacen falta 8 horas de trabajo manual: primero la pulen por partes, luego la sueldan y por último se vuelve a pulir por completo.
Del modelo Navy 1006 se han fabricado más de un millón de sillas desde 1944