
El bambú (Bambusa arundinacea) es una planta (gramínea) con forma de caña. Existen cientos de variedades distinguiéndose entre especies más leñosas y más herbáceas.
Suele crecer formando verdaderos bosques aunque hoy en día se han reducido mucho por la tala del ser humano. Podemos encontrarlo de forma silvestre en China, los Andes centrales y del norte, en zonas del Amazonas, en México y en algunos otros países latinoamericanos. Cada vez se planta más bambú en forma de plantaciones para su explotación. Aunque puede ser rentable su explotación a los cuatro o cinco años algunas variedades pueden necesitar incluso más de diez.
Suele formar también parte de muchos jardines ya que es muy decorativo y resistente. Un aspecto que no deja de maravillar a todos los estudiosos es su inigualable capacidad de crecimiento. Algunos ejemplares de bambú pueden llegar hasta 30 metros a los dos meses de su crecimiento y podemos encontrar ejemplares con un diámetro de 20 centímetros.
El BAMBÚ es una gramínea de rápido crecimiento. Produce más oxígeno y captura más CO2 que cualquier otra planta o árbol y además posee muchas ventajas ecológicas, técnicas y económicas.
A la caña de bambu se le han descrito más de 1500 utilidades. Por ser más económico, más ecológico, y por su dureza y flexibilidad, es el sustituto natural de la madera. El Roble se corta a los 40 años.., la Teka o el Ipe a los 100 años.., el Bambú a los 6 años, y además, al tratarse de una hierba vuelve a brotar por si sola sin necesidad de replantarla. Por sus características al bambu se le llama “el acero vegetal”.
Desde hace más de 3000 años, en Japón y China, el bambú ha sido tradicionalmente relacionado con los principios del Feng-Shui, aquellos que sugieren armonía total entre todas las cosas, un equilibrio en el ambiente y un concierto entre el hombre y su medio.